Mi reflexión
Explorar cómo se verían los personajes de nuestras series animadas favoritas en la vida real ha sido una experiencia divertida y, en cierto modo, sorprendente. Más allá de su apariencia, estos personajes forman parte de nuestras infancias, de nuestras tardes después del colegio, de nuestras risas y a veces hasta de nuestras reflexiones. Imaginarlos en el mundo real nos hace ver cuánto nos han influido: sus valores, su forma de enfrentar los problemas, su amistad, su valentía… Aunque sean ficticios, han dejado huella en nosotros. Y quizás eso es lo más bonito: que la animación, con todos sus colores y exageraciones, logra conectar con emociones muy reales. Al final, lo importante no es tanto cómo se verían fuera de la pantalla, sino lo que nos han hecho sentir mientras los veíamos en ella.